Belleza

Desde tiempos inmemoriales, las mujeres han utilizado diferentes armas de seducción para conseguir atraer la atención de los hombres a los que deseaban. La propia forma de su cuerpo tuvo mucho que ver en el principio de los tiempos, ya que los hombres buscaban a mujeres de amplias caderas y grandes curvas, sinónimo de fertilidad y feminidad. Sin embargo, los tiempos han cambiado y hoy por hoy parece que el canon de belleza nos lleva a más a pesar en chicas delgadas, quizá demasiado. Las curvas siguen siendo muy provocativas, y la mayoría de hombres, de hecho, prefieren a mujeres voluptuosas. Pero cada una de ellas conoce los mejores trucos para sacarse partido y destacar sobre el resto. Los hombres también nos arreglamos, y cada vez cuidamos más de nuestro aspecto y nuestro look, pero lo de las chicas es otro nivel, sobre todo cuando su trabajo es, precisamente, seducir a los hombres.

Las escorts son trabajadoras sexuales que viven literalmente de su imagen, así que deben estar perfectas para conseguir atraer a los hombres y hacerles caer en la tentación que les proponen. Estas mujeres han ido aprendiendo diversos trucos a lo largo de los años, que van desde los más sencillos, como los del maquillaje, hasta otro tipo de armas más directas y explícitas… El objetivo, sin embargo, es el mismo: conseguir que los hombres que están a su alrededor las miren, las deseen, y acaben contratando sus servicios. En la era de Internet, donde el cara a cara se ha perdido incluso en este tipo de servicios, muchas chicas se sacan partido en las fotos profesionales que suben a sus perfiles online. Pero a la hora de la verdad, la belleza de la escort debe corresponder con la de sus fotos, porque de lo contrario el cliente se sentirá engañado. ¿Cómo logran las amantes profesionales atraer sexualmente a sus clientes? A través de diversos trucos y métodos que aquí te vamos a desgranar en profundidad, por si todavía no los conocías…

Envejecer es algo que nos ocurre a todos, algo de lo que ningún ser humano escapará, porque al fin y al cabo, todos estamos en esta vida de paso y no podemos ser jóvenes eternamente. La juventud siempre se equipara a la belleza, a la sensualidad, a la vida. Conforme vamos creciendo y vamos envejeciendo, las marcas y signos de la edad avanzada empiezan a surcar nuestro rostro, provocando una gran frustración en muchas personas que no llevan demasiado bien eso de envejecer, no tanto por crecer y madurar, sino sobre todo, por dejar escapar esa belleza que ya no volverá jamás.

Por eso no nos extraña que las cremas antiedad y antiarrugas estén entre los cosméticos más vendidos en la gama más cara. Y es que la gente está dispuesta a gastarse mucho dinero para que su piel esté más fresca, más joven y cuidada, incluso cuando ya no corresponde ni siquiera a su edad. Especialmente las mujeres parecen preocuparse bastante por el aspecto de su rostro y utilizan este tipo de tratamientos para retrasar la llegada de las arrugas a la piel o simplemente, tratar de evitarlas en la medida de lo posible. El objetivo no es ser joven eternamente, sino al menos parecerlo.

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